Las vacas barrutan nieve, solía decír mi abuelo viendo como se comportaba el ganado en el camino del prado a casa. Y acertaba. Al día siguiente nos quedabamos sin ir al cole. Luego, mientras nos calentabamos a la lumbre, mi abuela nos preparaba unas tostadas con vino y azúcar para entrar en calor. Sentado en un escaño, enfrente del fuego, mi abuelo nos solía contar alguna historieta relacionada con la nieve. Recuerdo especialmente como explicaba que, llegando la primavera y cercana la romería, subía a la sierra con la burra, un saco y algo de paja. Buscaba un nevero donde la nieve estuviese bien apretada y, con un hacha, cortaba un trozo que entrara en el saco. La paja dentro del saco hacía de aislante envolviendo todo el bloque. Ya de vuelta en el pueblo, en el corral de casa, practicaba un agujero en el centro del bloque. Lo ideal era que fuera del diametro de una botella. La botella se llenaba de leche y se comenzaba a girar. El objetivo era que la leche, al contacto con el cristal frío, se helara. En poco rato tenían una rica botella leche helada, postre ideal para el día de la fiesta.
En casa la nieve siempre ha sido sinónimo de problemas. Desventajas de tener un padre camionero. Mi madre sufría con cada cm de nieve caido si mi padre estaba de ruta. Nosotros, los hermanos, con el corazón partido. Por un lado, nieve era día sin colegio y jugar en el barrio. Por otro, nervios en casa. No había móviles. No había las carreteras que hay ahora. No había un quitanieves cada 25 km. Solo había ganas de que dejará de nevar. O al menos de que papá volviera a casa.
Son, a vuelapluma, los dos recuerdos que han traido a mi mente los cuatro copos que han caido hoy en Madrid. Viaje en el tiempo a los años en los que nevaba de verdad.
2 comentarios:
En la cabecera del blog debería poner: "No prueben esto en sus casas. Entrenar 10h semanales y hacer IMs a toda pastilla está sólo al alcance de especialistas".
Pero es que, donde hay calidad, no hay nada más que hablar ;-).
Besicos!
P.D.: te he linkado en mi blog, que este es uno de los pocos hogares virtuales que visito casi cada día :-).
Gracias Isthar, un placer que "pases" por casa de vez en cuando...
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