miércoles, 31 de octubre de 2007

Campeón, ¿dónde nos vamos el año que viene?

Quedan pocas hojas para cerrar el cuaderno de entrenamientos de este año. El otoño llega a todas partes, que le vamos a hacer. Además, como en todo buen comienzo de temporada, hay poco que apuntar y me dedico a ojear, releer, ir y volver a momentos gloriosos del 2007. Hay semanas en las que apenas quedan huecos donde añadir nada. Otras páginas, desiertas de letras, indican temporadas de mucho trabajo o pocas ganas. A veces mal tiempo. Y uno se recrea en sus anotaciones, saborea de nuevo momentos y vuelve a madrugar para ir a la piscina o suda en las laderas de Ordunte...
Pero siempre acabo mirando de reojo el 2008. Esas 3 hojitas de "Avance de temporada" al final de la agenda que hace las veces de Cuaderno de entrenamientos. Aquí ya hay anotados proyectos, carreras, coooosaaaas.... Y se me debe de poner cara de atontao cuando sueño con el año próximo. Más de la que tengo habitualmente. No lo puedo ocultar.
Ayer, tumbado en el sofá después de que el embrague del coche tirara por tierra mi ratito de correr, repasaba la bitácora. Ya había estado en Lanzarote, en la maratón de Barcelona y el la cima del Aizkorri cuando pase al 2008. Anna, desde la puerta del salón me hizo la radiografía. Llamó mi atención y con una sonrisa me dijo: Campeón, ¿dónde nos vamos el año que viene?.
Como para no quererla...

martes, 30 de octubre de 2007

De Boletus y Lactarius

Me llegan noticias desde el pueblo de lo que me estoy perdiendo. Buena temporada de setas, dicen. Y mandan fotos para que quede claro. Allá arriba. En la zona donde la sierra de Gredos empieza a descender rumbo al puerto de Tornavacas, en rincones donde el silencio te cae encima como una losa, están los pinares secretos. Entre los resinosos troncos todo parece mágico y los gritos quedan ahogados por la paz que se respira. ¡ Ojo, no perderse !
Galgos adiestrados de olfato finísimo, mis amigos, se reunen la noche de antes para establecer el plan de ataque. Sentados en taburetes, alrededor de una mesa baja, los cubatas van y vienen mientras se acuerdan hora de salida, lugar de búsqueda y demás detalles. Sea la noche propicia al vicio o no, a la mañana siguiente to'Dios esta equipado hasta los dientes, -algun despistado hasta duchao- y bien desayunao para lo que haga falta. La oferta micológica de la zona es muy variada pero, salvo ejemplares atípicos, la recolección se centra en boletos y nízcalos (y si cae algún Rolex, pues a la cesta).
Después, tomando cañas, se hace repaso de lo que dio de si la mañana, se reparte el botín y cada uno para su casa. La semana es larga y los estilos de cocinar propios de cada uno... y a partir de ya incluiremos las castañas. ¡ Joder, lo que me estoy perdiendo !
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viernes, 26 de octubre de 2007

Sabado + domingo = 49 horas

Coño. Si hace que está misma suma nos daba 47. Y, aunque nos robaba una hora al fin de semana, en el fondo me alegraba yo. Si, claro. En mi Road to Lanzarote me venía de perlas. Significaba que ahora podría sacar la bici por la tardes. Menuda racha de fines de semana pasados por agua llevábamos. Toda la semana laboral con la bici enfilando la recta de El Casar y, cuando llegaba el viernes se nublaba todo. ¿Os acordáis?
No, si uno listo no es... pero memoria tiene un rato. Y sigo tirando de disco duro y me encuentro con aquellos años en los que, a parte de afeitarme una vez por semana, el cambio de hora de este sábado se traducía en un "esta noche, un par de pelotazos más". Joder, cualquiera lo diría. Hace unos años la cosa cambió y la frase evolucionó a un "que bien, esta noche duermo una horita más por la patilla". Pero aquí no queda todo. Desde hace dos años esta frasecita se ha ampliado. Claro. Lo habéis adivinado. Ahora es "una horita más de sueño, si Alba quiere".
Ah, y la semana que viene ya saldremos, directamente, de noche del curro. Es por animar. Buen fin de semana.

jueves, 25 de octubre de 2007

Fisiología elemental del esfuerzo

En contacto con el suelo, para lo que necesitemos, están las patas. El centro de operaciones está más arriba. En la azotea. Justo en el otro extremo. Desde allí, cualquier orden llega hasta las ejecutoras finales: las piernas. Pero antes, el estímulo, pasa por dos lugares claves: el corazón y los cojones/ovarios. A veces el coco dice que palante pero el corazón no da más de si a bombear oxigeno. Sobrepasa el límite de pulsaciones y ni aún así las piernas van. Se vuelven pesadas y lentas. De madera, solemos decir. Se cansan. Y hay que aflojar o reventar. Como el Lute.
Otras veces el corazón funciona bien pero en el ático algo falla. Excusas, que después no tienen razón de ser, empiezan a bombardear el centro del coraje -si es que existe- y de nuevo son las piernas las que sufren las consecuencias. El último recurso, en ambos casos, siempre es el mismo: echarle cojones/ovarios. Estos nunca dicen nada. Siempre están ahí. A medio camino entre la parte superior y las piernas. Intentando inactivar mensajes negativos que vienen de la cabeza o del corazón. Muchas veces engañando. Socorridos elementos para cuando uno esta vacío o desganado. Intentando filtrar mensajes. Dando el último empujón. Intentando que las piernas no paren hasta acabar el entrenamiento o hasta pasar bajo el arco de meta. Y dicen los que saben exprimirse a tope que si no tiras de ellos, si no recurres a su participación, es que no lo has dado todo...y podías haber hecho más.

miércoles, 24 de octubre de 2007

Igual no te lo comenté pero...


... ¡ yo también fui a Hawaii !
Así comienza un mail que me ha llegado estos días y que, no exagero nada si digo que me ha puesto los pelos como escarpias. Con la precisión de un cirujano lo he desgranado frase a frase, sentimiento a sentimiento, saboreando parrafos escritos con el corazón de alguien que ama el deporte y, por supuesto, a la persona a la que fue a animar. Sin paños calientes toma el pulso a la isla y a la carrera. Sinceridad y emoción mezcladas a partes iguales de alguien que no solo ha vivido Kona este día sino muchos días más, en los que se ha ido cimentando el resultado final. Detalles reflejados en el espejo de la pantalla del ordenador de lo que es "el gran día". Calicatas del público, los triatletas y el ambiente que me ayudan a completar una imagen de la meca del ironman. Suspiros y gritos que quedan plasmados en un texto. Sudor y cansancio que llegan solo leyendo. Manos que arden de aplaudir. Y la noche, fiel compañera de los últimos en llegar a meta, como telón de fondo de fin de fiesta. Impresionante...
Punto y seguido a nuevos proyectos, nuevas ilusiones, nuevas vidas. Otra montaña. Otro valle. La vida -el deporte- nos volverá a juntar donde quiera. Caprichos del destino que hemos de ayudar a escribir. Gracias por el mail.

lunes, 22 de octubre de 2007

¿Un deseo? Que vuelva...

Escribo unas líneas a modo de chantaje, no se si emocional o no pero chantanje al fin y al cabo. Sé de buena tinta que el cerebrito donde nació esta idea leerá esto más pronto o más tarde -me consta que ha sobrevivido al maratón de los Lagos de Covadonga, espicha incluida- A mi, desde luego, si que me ha tocado un poco el corazoncito borrarla del calendario, pero entiendo que organizar una carrera así o se hace con tiempo, cariño y dedicación o no se hace. Era la IV edición. A punto de llegar la fecha prevista ( 28/10/07) y mirar el calendario veo el borrón que ha dejado y el hueco que, ninguna otra prueba ha conseguido llenar. Por eso, si hoy puedo pedir un deseo será que en 2008 que haya IV edición de los Castillos de Avila. Para uno, que está orgulloso de la tierra donde ha nacido, poder correr en casa es un lujo. Y en Avila no estamos sobrados de carreras. En las 3 ediciones anteriores hemos pasado bastante frío y algo calor. Se ha sufrido y se ha disfrutado. Vadeamos el Adaja con el agua por los tobillos y por las rodillas. Hemos intuido las murallas de Avila, a lo lejos, entre niebla y horas después las hemos tocado con los dedos. Todo esto, queremos volver a hacerlo. Qué fácil es pedir ¿no?
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(foto llegada a meta, edición del 2006)

domingo, 21 de octubre de 2007

Cuando se está mejor fuera...

Este país se hundía poco a poco a lo largo del fin de semana. A la par que muchos en el sofá de su casa. Mientras la familia Telerín, ajena a todo, se pasaba los dos días en el campo aprovechando el buen tiempo antes de que llegue el frío. ¿Qué no se hundía...? Nadal se queda fuera de Masters Series de Madrid y Alonso -a pesar de ser 3º hoy- por detrás de Hamilton en F1. Desde luego los de Mutua Madrileña no son precisamente amuletos para nuestros paisanos. Y mientras Alba y Anna bailando al sol después de comerse un bocata de lujo.


El Barça y el Madrid pierden...sigue la hecatombe. Y yo, solo preocupado de subir la cuesta con la mochila a la espalda. Insensible que es uno. Al menos Jorge Lorenzo -cero simpatía le tengo, aunque reconozco que es un crack- ha ganado en 250 cc. Y mañana lunes, con toda esta resaca deportiva ¿quién es el valiente que cuenta en el curro lo bien que se lo ha pasado con una mochila a cuestas, comiendo bocatas y andando entre cardos y escobas? Al menos yo he cultivado mi fondo aeróbico...

viernes, 19 de octubre de 2007

El tobogán

Ayer tarde de columpios con la pequeña-gran Alba. Cada momento que paso con ella aprendo, o mejor dicho me enseña, algo nuevo. Me gusta ese carácter que tiene -aunque reconozco que a veces me saca de quicio- de no querer que nadie la ayude en nada hasta que no ha comprobado que ella sola no puede. ¡¡ Esta es mi niña !!
Y de toda la gama de atracciones y trastos inventados, su preferido es el tobogán. Un clásico que ha sobrevivido a través de los años. Ni los modernos diseños, ni los nuevos materiales han podido desbancar al eterno tobogán. Cuantos pantalones rotos en las viejas tablas de madera, cuantas brechas en la frente bajando de cara, cuantos quemones en las manos por frenar de golpe...
Después, durante 45' de carrera, pensaba en el tobogán de la vida. Lo que cuesta a veces subir hasta un punto. El esfuerzo que hay que hacer, lo que hay que apretar los piños. Cuantas veces resbalamos en un escalón y caemos al de abajo... para luego llegar arriba y deslizarse rápido, cómodo, con algún que otro peligro pero con sensación de placer hasta llegar abajo y buscar una nueva escalera por la que subir. La semana pasada no encontraba la escalera. Esta semana ya estoy subiendo. Poco a poco. Escalón a escalón. Si puedo solo, sino con ayuda. Como mi princesa. Buen fin de semana.

miércoles, 17 de octubre de 2007

El que marroncito desayuna...

Un brownie (literalmente ‘marroncito’) es lo que he mojado hoy en el café con leche. Acogotado en una esquina del office con el puto movil vibrando en el bolsillo y el reloj amenazando con casi las 9:00 AM me he hecho, a duras penas, con un trozo del bollo que una compañera de curro nos ha traido. Pués nada tú, que era pequeño y se ha hecho conmigo enmarronandome el resto del día. Por tierra, mar y aire han empezado a llegar historias e historietas que ponen a prueba el Mario Bros que todos llevamos dentro. Pim, pam, pim, pam hombre orquesta que no da de si para todos los instrumentos que tiene que tocar. Y ésto que no suena. Ni pasodoble, ni tango, ni ná de ná. Esta claro que hay días que es mejor quedarse en casa. Curiosamente, a medida que se acerca la hora de salir se va abriendo un claro entre las nubes. El marrón se aclara y se empieza a pensar en que algunas cosas se pueden hacer mañana. Pero a mi no me vuelve a pillar.
Mañana desayuno un par de blondies (son brownies hechos con azúcar moreno y sin cacao, según la wikipedia) y que acabe el día como corresponda. Ah, y esta tarde tengo apalabrada una hora de carrera quitapenas. Con esto no va a poder el dichoso bollito. Eso si es acabar bien el día ;-)

martes, 16 de octubre de 2007

Polvo, sudor y hierro...

...el Cid cabalga. Entre dos luces, con muchas ganas de volver al tajo pero con pocas esperanzas puestas en el resultado, vuelvo a pisar los caminos que bordean el pueblo en el que vivo. El retorno comienza tranquilo pero, a medida que el cuerpo responde bien, el ritmo va aumentando. El ruedo escojido para reaparecer es un circuito made in bulderban que sirve de test cuando se aproxima alguna de esas fechas especiales. Son unos 14 kms por anchas pistas de tierra, pisados por las cosechadoras en estas fechas pero con surcos de barro en invierno o polvorientos y secos en verano. Sube y baja. Va y vuelve. El tiempo final no es más que eso. Un test. Tiene la virtud de subir el ánimo cuando el resultado es bueno, pero también de no afectar nada a la motivación cuando el resultado no es el esperado. Esta vez el resultado, sin ser uno de los mejores, superó con creces lo esperado. Ya en la ducha saboreo la carrera. Me sonrío. Aquí estamos otra vez. A lomos de la motivación. De momento al trote. Cabalgando de nuevo...

lunes, 15 de octubre de 2007

Puente castúo

A sólo 10 kms de mi pueblo está el puerto de Tornavacas. Balcón increible al que se asoman miles de personas los días alrededor de la semana santa. ¿Por qué? Cerezos en flor. ¿Os suena?Impresionante espectáculo que dura solo unos días pero que el marketing rural se ha encargado de alargar durante casi un mes. Pero de eso hablamos otro día.
El caso es que, puerto abajo ya es Extremadura. Dejando atrás Castilla y León, salimos de la meseta y nos sumerjimos de golpe en territorio castúo. Y allí hemos estado, en Cáceres y P.N. de Monfragüe, gastando el puente de Pilar. Que más que gasto ha sido una inversión, porqué tendrá que dar frutos en breve... Mezclando circuito urbano por la ciudad con paseo de campo a orillas del Tajo. Buitres a tutiplen pero, ni de lejos se acerca a la invasión de humanos. Cañas y tapas a discreción. Venado e ibérico en dura pugna, sobre lecho de cerveza, se reparten victorias a partes iguales. Hubo hasta siesta, incluso doble sesión de cine. Fin de semana atípico, por lo largo y por las actividades. El sabado por la noche, lo reconozco, me asomé de raspón a internet para ver como iba por Hawaii. Un poco de vicio que no falte. Y solo el atasco de anoche ha sido el culpable de que hoy no haya madrugado para correr. Las ganas han vuelto. Esta tarde, como los buitres negros de Monfragüe, sobrevolaré sobre el calendario buscando algo de carroña que llevarme al pico...

jueves, 11 de octubre de 2007

¡ Hola, soy tu menstruación !

Vacas flacas. Menos mal que no me clasifiqué para Hawaii ;-) . Llevo unos días que no tengo ganas de nada. La rodilla, aburrida de que no lo hago caso, ha dejado de doler. De hecho estoy empezando a pensar que las molestias son una somatización -¿se dice asín?- del bajón anímico que llevo encima. Pajarón. Desgana. Pereza. Le voy a dar el puente del Pilar de márgen y a ver como estamos de coco a la vuelta. Tengo esa jodida sensación de "me pasaría todo el día en la cama y que el mundo se olvide de mi". Me cuesta levantarme, arrancar a ducharme y afeitarme, pedir un café, dar los buenos días y hasta sonreir. Además, aguantaté la putita pregunta de "¿Estás bien?" de esa gente que esta deseando que les digas que NO. Un CD de Marea me reactiva por un momento en mitad del atasco entre Cobeña y Barajas pero, cuando aparco el coche y salgo de él, el efecto placebo se queda dentro, agarrado al volante. Con dos cojones. No es la primera vez que me pasa; esta especie de regla mental y yo nos cruzamos de vez en cuando. Ahora, en estos 3 días, dispersemos cuerpo y mente de curro, madriles y entrenos para volver con las garras afiladas para empezar a pensar en...el resto de nuestras vidas.

martes, 9 de octubre de 2007

Es lo que hay...

Las natillas sin canela no tienen ninguna gracia, al menos para mi. La cerveza sin alcohol se la dejo a Fernando Alonso. El yogur natural sin miel es lo más soso que te puedes tomar de postre. El sexo sin manchar no es completo, aunque sea con uno mismo ;-). Las bicis sin sillín solo para las almorranas. Afeitar sin espuma para los de Bilbao. Las juergas sin alcohol no van conmigo -un clásicorro que soy-. Y entrenar sin ganas... como que tampoco. La rodilla izquierda se requeja. Veremos quien se sale con la suya. Esta tarde sesión de POCOYO y de estiramientos... SIN pasarse.

lunes, 8 de octubre de 2007

Cruzando los dedos

Lo que queda de mi ya está de regreso. Camino de Madrid para retomar mi vida de hace 10 días. Y es verdad, Cádiz tiene playa. Mucha playa. La ví, la pisé, la paseé pero no la corrí. Susto que me llevé...y todavía no se donde está la causa. Mi teoría es que esto de parar no es del todo bueno. La última tarde conseguí un hueco y sacrifiqué una siesta, rechazé turismo de cañas y, de corto, encaré el paseo marítimo y me bajé a la arena. Estaba hasta nervioso ante lo que se avecinaba. La playa parecía no tener fin pero me habían dicho algo así como que en los militares estaba cortada. Yo quería ver este tope. Quería tener una excusa para dar la vuelta. Si no lo encontraba estaba dispuesto a llegar hasta Tarifa ;-)
Pero la rodilla izquierda empezó a quejarse apenas empezé a trotar. No entendía nada. Estaba como clavada, como si en algún momento fuera a hacer clack y se acabaran los dolores...pero no hizo clack. Estiré bien y lo volví a intentar. Dolor. ¡Coño! Paro y paseo tranquilo. Pequeños test a traición no dan buen resultado. Molesta subiendo escaleras y duele corriendo...¿Cansancio?¿Demasiado paro?¿Pasado de vueltas? Hoy le daremos otra oportunidad. Desde Zegama sigo sin correr...a ver si va a ser eso.

lunes, 1 de octubre de 2007

...y seguimos en Cádiz

Los fines de semana trabajando son una putada. Los sabados deseas que pasen pronto -increible-. Los domingos, quien me lo iba a decir, estas deseando que llegue el lunes....y los lunes no puedes con los huevos.
Durante estos días de sarao la inercia me lleva y me trae como alma en pena de un sitio a otro. Te levantas y repites, de una manera ridícula, el mismo protocolo cada uno de los días. Cada vez que abro la maleta para cojer una corbata veo mis zapatillas de correr, en la misma postura que las deje el día que hice la maleta. Piden su ratito, su oportunidad de conocer la ciudad, el paseo marítimo, las aceras de Cádiz. Arquean sus cordoncitos y ponen cara de pena, de castigo. Joder, que más quisiera yo. Las cenas se alargan como los últimos kms de un maratón (una pasada lo del nuevo record del mundo de Gebrselassie en Berlín ¿no?) y los días se acortan dejando paso a más horas de noche. Imposible, de momento, sacar un rato para trotar. ¿Nadar? Tampoco. Hago muchos metros, kilómetros incluso en un cuadro de apenas 30 metros cuadrados. Me avituallo bien, reposo cuando puedo, me escaqueo bastante pero, aun así, llegó fundido a la cama. Al final ahoga más la corbata que el neopreno, machaca más la moqueta que el monte y sientan peor las cenas de curro que los geles y las barritas esas. Y encima se disfruta menos...