sábado, 23 de abril de 2011

Pensamiento urbano

El metro serpentea por los túneles entre parada y parada. Si, dentro del vagón, te colocas en un extremo y miras hacia el opuesto verás este movimiento en perspectiva y como la gente aparece y desaparece según sea curva hacia un lado o hacia otro. Los latigazos que da el convoy sacuden las cabezas de los viajeros que leen, duermen o escuchan música. Los que como yo (como tú) van pendientes de todo son capaces de dominar con su cuello este vaivén.
La vida misma.
(dedicado a un amigo al que le debo un abrazo en la cima de la Maliciosa)

jueves, 14 de abril de 2011

La miel y la bocalasno

1ª cucharada: Si quiero nadar antes de poner en marcha la maquinaría diaria laboral-familiar tengo que levantarme a las 6, arrastrarme por la acera durante 12' y ahogar las legañas en cloro fresco. Arrodeao de pensionistas sin prisas que, si no ha habido fútbol la noche de antes, cada mañana arreglan el mundo en el vestuario. Unos cuántos largos después, mirando de reojo el reloj, paso por la ducha y mientras me cambio llegan los que comen miel. El asno arranca el día. .


2ª cucharada: Salgo de casa cada día a eso de las 8, a currar claro. Antes de parar a echarme en el deposito gasolina sin plomo (cortadito largo de café con leche fría) ya me he cruzado con algún ciclista que rueda féliz con los primeros rayos de sol. Miel. Yo no le pongo azúcar al café, no me amarga. Pero reconozco que cambiaría mi coche por su bici, mi cortadito por su bidón de agua y mi corbata por su casco. Pa'otra vida !


3ª cucharada: Sonríes cuando te escaqueas de comer para entrenar (que si estoy con la paleodieta, que si ya he picado algo a media mañana, que si me apetece estar a mi aire...). Llegas al parking que toca. Tu coche se convierte en la cabina de Superman. Entras de corbata y sales de corto. A correr... Anda otro que corre, y otro, y otro... Pero si donde mi coche solo hay motos. Ah, claro que estos no se han escapado del curro. Estos han venido a entrenar. Y seguro que luego comen (yo lo dejo para mañana). Me pasa un panalito dulce por la cara. .


Y a pesar de todo...no me disgusta ser asno porque también tengo mis ratitos de miel ;-)

domingo, 3 de abril de 2011

No es el mismo...

El aire fresco que te golpea la cara cuando en bici bajas un puerto ligerito. El aire verdugo que te castiga en una recta convirtiéndose en un muro contra el que empujas dando pedales. El aire caliente que cuece tus ideas cuando corres al sol justiciero. El aire que seca tu cara cuando te levantas en la arena después de nadar. El aire que empuja por detrás, silencioso y que silba después vacilón cuando das la vuelta. El aire que infla tus ruedas y el que se escapa cuando pinchas. El aire que acompaña subiendo un pico o el que lo hace cuando bajas. El aire que te llega cuando te animan los amigos o el que envías tu desde detrás de una valla. El aire que envuelve la lluvia que te moja entrenando o el aire que te seca si después sale el sol. No es el mismo... Aires. Hay tantos como momentos. Y coinciden en ser siempre irrepetibles. Hoy he vuelto a sentir aire. Un aire nuevo, distinto. Subido en la bici, por terreno fácil, hablando conmigo mismo e intentando encontrar una postura cómoda en un sillín estrecho y pequeño. Por curiosidad he mirado en los cuadernos de entrenamiento las dos últimas salidas de bici. La última fue el 20 de enero en el circuito de Montmeló (1h45' nocturnas, 11 vueltas, sin complicarme), La anterior el 13 de noviembre (2h y sufriendo mucho). Eso es lo que pone en mis notas. En la de hoy: 2h04', bien de patas, mal de culo. Aire amigo, refrescante.