lunes, 30 de enero de 2012

Otra vez novato en algo

Cuando terminas tu primer maratón...da igual cuantos miles de humanos hayan acabado antes. Es tu PRIMER maratón.
Cuando gastas tu PRIMERA nómina, no importa cuantas más cobrarás después ni en lo que las gastarás.
Cuando cruzas la meta de tu PRIMER ironman (odio lo de "finisher", por cierto) da igual el puesto en el que lo hagas. Para ti y lo tuyos TU eres el campeón.
Cuando eres padre por PRIMERA vez no piensas en lo que te queda por delante. Eres el hombre más feliz del mundo.
No hay segundas oportunidades para una PRIMERA vez...por eso esta noche TODOS en casa esperamos al ratoncito Pérez.




jueves, 26 de enero de 2012

Ou, ou, ou...a Salou !!

La excusa de más peso es no machacar tanto las rodillas. Liberar un poco los meniscos que en 2011 se han llevado unos cuantos kilómetros más de los que les tocaban. Y no esta uno ya para muchas "meniscadas".
Otra excusa podría ser desempolvar la bici y que el sol (o el agua) le acaricien el lomo. A ella y a mi. Para aguantar mis gayumbos secándose al lado del radiador cuando fuera llueve va bien el acople pero...la idea era otra cuando lo compré.
Tercera excusa: ¿qué es esa bolsa dentro del armario que huele a goma? Coño, un neopreno !
Y hay más pero prefiero quedármelas para mi porque algunas no sirven nada más que para el que las ha inventado...y ni eso.
Apuntado estoy, como resumen, a un ironman que tendrá lugar en Salou el 3 de junio: Extrememan se llama. Y quedáis todos invitados (tenéis todo el día) a pasaros por allí y saludar. Eso si, hasta el final no pienso firmar autógrafos.
A partir del lunes nos ponemos manos a la obra (o mejor dicho, al cloro) y pies a los pedales con esos ratitos tan "agradables" de piscina y, llegado el fin de semana, cienes y cienes de kilómetros de bici.
Esta foto no tiene nada que ver con lo que he escrito pero...me gusta como ha quedado !

lunes, 23 de enero de 2012

Magia (sin magos)

Atravesar los tunels de Bracons en dirección de Vic a Olot siempre me han producido una sensación placentera dificil de describir. Es como aquellos dibujos en los que cruzar la cortina de agua de una cascada daba acceso a un valle verde, paradisiaco, lleno de dinosaurios y con una vegetación exhuberante. Un vergel donde, al final, había que escoger entre quedarse o volver...ahí es ná el dilema !
Si además este asalto al paraiso lo perpetras a las 4:00 AM añades un toque épico al día. Pero la magia del momento estaría incompleta si no hay alguien que te abra de par en par las puertas de la Vall d'en Bass. Y esto suele ocurrir una vez al año solamente. O estás o te lo pierdes.
Si, una vez al año, nuestro Gandalf Artigas nos coge de la mano y nos pasea por sitios increibles que nunca pensarías que existen. Enhebra con un hilo fino y kilómetro a kilómetro rincones escondidos a la mayoría de humanos y, jugando a saltar de la Garrotxa a Osona y de Osona a la Garrotxa, nos permite olvidarnos de seguir un track o un mapa, centrándonos solamente en disfrutar del paisaje y de los amigos. Solo las luces de los frontales a primera hora rompen la paz de una noche agarrada a las ramas de unos arboles que, cubiertos de escarcha, esperan como nosotros el calor de sol. Ladra un perro lejano. Y un estrecho sendero por el que tienes la sensación de ser el primero en pasar te lleva a visualizar un amanecer donde desayunamos una mezcla de sol y niebla que nos deja mudos. La alfombra de hojarasca amotigua las pisadas para que no dañen el terreno. Y poco a poco, te vas llenando de todo lo que te rodea y no puedes evitar pensar en la gente con la que te gustaría compartir todo aquello. Porque eso es para mi "echar de menos". Bajas caminos que llevan a subidas. Subes a sitios de los que bajas por escaleras. Trotas por prados de hierba con brochazos de nieve. De todo...y todo espectacular !


Esta vez son todos los que están pero no están todos los que son.
Y a medida que va llegando el final acortas el paso de una manera incosciente, como si no quisieras acabar. De una manera parecida a ese trozo de tarta tan sabrosa en la que cada vez que lanzas el cuchillo cortas un pedazo más pequeño, como buscando que dure siempre. Miras a la gente. Y te ves reflejado en ellos. Y tienes claro que, más o menos, estas siendo feliz.


"Por tres mil vidas de hombres he morado en esta tierra... y ahora me falta tiempo"
Gandalf (El señor de los Anillos)

martes, 17 de enero de 2012

Tengo un amigo que...

...no sabía muy bien como enfocar lo que tenía por delante pero tampoco se preocupó en exceso. Desde que la familia era un factor importante (que él había decidido introducir como tal) en su vida, proyectarse en el futuro deportivo se había hecho un pelín más complicado. Abrió una cerveza y la alimento con sus pensamientos. Como había poca cerveza o demasiado que pensar tuvo que tirar de la anilla otra. Y por seguir abriendo, desplegó su agenda de 2012 donde a lo largo del año anterior iba apuntando todo lo que le apetecería hacer. No intentó cuadrar nada. Solo se dejó llevar. Se movió por los meses con la soltura de alguien que no es la primera vez que lo hace. Paseó a la familia por muchos sitios. Los montó en el coche. A veces con bici, a veces sin ella. Los acostó en tienda de campaña y en hotelito de montaña. Los llevó a comer a una sidrería y los invitó a desayunar mirando al mar. Algún viaje lo hizo solo. Y poco a poco, como los juegos de niños que consisten en unir puntos fue haciendo una figura difusa que para él era preciosa, única, apasionante.
Y una vez más jugó a mezclar agua con aceite y marcó en amarillo fosforito la maratón de montaña de Vall del Congost, y el ironman de Salou, y el ultratrail Matxicots, y (quizás) Zegama o CBXR, y porque no GTPeñalara... y no se quiso dejar tri de Balaguer, ni Andorra, y algo largo de asfalto y Pirineos en verano. Luego, con mucho cuidado, le paso una línea más fina que las demás al MontBlanc.
Apuró lo que quedaba de cerveza, cerró la agenda y mientras hacía un corto enguaje para que el frescor de la cerveza llegara a cada rincón de su boca se dio cuenta que había mucho, quizás demasiado, que le gustaría meter al zurrón de este año.
"Lo mejor de todo es lo claro que tengo lo que no quiero hacer. De lo que quiero hacer me sobra. Poco a poco", pensó. Y se fue a contarle a su hija un cuento de buenas noches.