............

Caminos que se estrechan hasta casi desaparecer. Algunos, después aparecen de nuevo claros y bien dibujados. Otros ya no existen más alla. También hay cruces que llevan a distintos sitios. Distintos sitios que aportan diferentes experiencias. Diferentes experiencias que llevan a sensaciones agridulces. Unas más agrias, otras más dulces. Escoje. Y siempre que escojes pierdes algo. Pero no se puede parar. Al frente y a los lados el resto de tu vida, de tus vidas. Cada camino con sus empinadas cuestas, sus bajadas frenéticas, sus recovecos y sus lindes. Cada ruta con sus compañeros de viaje. Cada opción tan válida como las demás. Insisto, siempre que escojes pierdes algo. Una ventaja: nunca sabrás como habría sido cualquiera de lo que no has escojido. Y si hubiera... no sirve. Tendría que haber... no vale. ¿Dejarse llevar por el corazón? ¿Algo de sentido común? ¿Qué es lo que realmente valoras? Y cuando llegues al final del camino y mires atrás ¿tendrás el valor de reconocerlo si te has equivocado? No servirá para nada. Tampoco importa si has disfrutado el camino. Vaya lío. Pronto, antes de que te des cuenta llegará el siguiente cruce. Nunca hay marcha atrás. Buscate buena compañía. Sueña. Lucha por tus sueños. Vivelos. Sonríe. La vida. Bebelá a tragos, sin ahogarte.
No hagáis caso. Escribo solo para mi. Ni yo lo entiendo bien.