Se acabo la semana laboral. Agotado. Prácticamente ha sido una semana de 12 días. Pocas de estas tengo pero, cuando llegan sirve de poco haber pasado el test de un ironman. Lo tengo claro, es mejor estar encima de la bici 5 horas que delante del ordenador. Prefiero correr 30 km antes que una reunión con canapés. Pero miremos adelante. Mañana es un gran día. Vuelvo a ponerme un dorsal y además esta vez corro en mi tierra.50 kms por la sierra de Avila, por caminos del valle Amblés, sin mucho desnivel pero con muchos kms. Y las nenas esperando en meta. Y amigos. Y parece que buen tiempo.
Repasando libretas de entrenamientos veo que el año pasado -cuando reventé a la mitad- hice 4h49'. Desde Elba ( 1 de octubre) hasta la carrera solo había hecho 3 sesiones de 1h. Me pasé de confiado. Este año tengo 6 o 7 tiradas de entre 1h15' y 1h30', voy con ganas y con un objetivo: 4h15'. Es ambicioso pero voy sin presión. Puede salir una buena carrera y rondar las 4h10' o puede salir otro churro y volver a irme a casi 5h... aquí es donde entra el coco y como funcione la masa gris. En todo caso lo pasare(mos) bien y echaremos unas risas sanotas, eso si, después de sudar la camiseta. Hasta la vuelta.
1 comentario:
cuando tedes cuenta estaras con tu amigo tomando churros y chocolate...
suerte alos dos y disfrutarla,que envidia me dais
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