Se acabo el fin de semana. Se acabo la buena vida de un par de días en el pueblo. Mi mama me mima. Mi mama nos mima. Regreso a Madrid. Antes Avila y un poco antes el Valle Amblés. Tráfico denso y entretenido. Aprovecho para girar la vista a la derecha y repasar mentalmente el recorrido de los Castillos de Avila. La salida, adelantada el año pasado con respecto a la primera edición -acertadamente según mi opinión- esta en el pueblo de Solosancho, el paso por el primer castillo, el de Villaviciosa, la subida inicial de unos 11 km, a la sombra del pico Zapatero y la bajada interminable hasta Sotalvo (primer avituallamiento). Más o menos soy capaz de dibujar el camino mientras avanzamos por la N 110. Nueva subida destrozamedias al castillo de Manqueospese, donde el año pasado empezé a pagar la chulería de ir sin entrenar, y bajada recuperadora a Mironcillo para encarar La Dolorosa -cuestecita de esas que parecequenoperosi- y desde ahí todo llano, con Avila al fondo y vadeo del Adaja incluido. Mucho coco, más que piernas hacen falta para este último tramo. Esta parte no se ve desde el coche pero yo se que está ahí... Uff, que ganas tengo de que llegue el día 28, que ganas de medirme contra esos 50 km., que ganas de hacerlo bien... esta tarde, después de 3 días de secano, salgo a entrenar.
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