El espiritu de Lanzarote

Avisan días como ayer y antesdeayer de lo que se nos puede venir encima en Lanzarote. Rachas de viento que hacen temblar las farolas, contenedores poseídos que cruzan la calle ajenos al tráfico, arboles que tronchan ramas a golpe de ráfaga... da miedo. Pero es aventura y como tal se afronta. No le falta nada de razón a Aitor cuando dice que no me recuperaré en 15 días del Ironcat; tampoco le falta a Talín cuando dice que o se hace el Ironcat entero o mejor que me olvide. Pero como cada uno tiene sus intringulis y su cabecita le lleva por aquí o por allá habrá que esperar a más adelante para ver lo que procede. No quiero -no voy a- llegar a LZ a tope. Me va a faltar mucha bici, muchísimos kilómetros sobre el sillín. No voy con idea de hacer un tiempazo. Quiero medirme con la isla, con el viento, con el asfalto. Quiero pasar unos días con amigos. Disfrutar sufriendo o sufrir disfrutando. El Ironcat es una excusa para hacer una tirada larga de bici, de esas que tanta falta me hace. Una oportunidad para, otra vez más, pasar un fin de semana con colegas que no vendrán a Lanzarote. Si el espíritu de la LD que todos dicen que hay entre la lava me posee, ya volveré otro añito a dar guerra. Además, si gano a Eusebio allí y el ha corrido el ironcat y yo no...le doy la excusa perfecta. Por eso lo mejor es ganarle en Tarragona y en las islas ¿no? ;-)

Ni de coña...