No se parece en nada pero la inspiración es libre... Si veis que tal, pasáis directos al enlace donde está el original (Romance de la Loba Parda), ese si esta bien. El creador es Anónimo. Ya he leído varias cosas de este autor y me gusta bastante ;-))
Estando yo en la mi casa asomado a la mi balconada,
las nubes ya altas iban la tormenta más que pasada,
yo con mono de rodar y la montura preparada.
Vestime rápido, veloz sin olvidarme de nada:
mallas largas y culotte, la chaqueta anaranjada,
buenas calzas en pies y guantes en las zarpas
porque luego hace frío, sobre todo en las bajadas.
Que ya una vez me toco, sería mejor no decir nada,
por culpa del frío insano forzar una parada
y orinarme en las manos... tuvo gracia la meada.
Preparado de esta guisa salgo pa'la cabalgada,
la primera en la frente, tranqui no pasa nada.
Arreglé hábil el pinchazo le metí una buena hinchada,
doy pedales ya contento entre campos de cebada.
¿Contento?, lo dije pronto hoy viene mal dadas
se me afloja la potencia la cuneta es mi aliada.
Aterrizaje forzoso toca... caigo de culo, no de espalda,
suerte de llaves allen pa'meter una apretada.
Abrazado al acople y con la mente empanada,
sigo hasta el próximo cruce, una cuesta empinada,
aprieto los dientes féliz, esto no ha sido nada.
Pues no pasó mucho rato ni gran kilometrada
y empieza a sonar algo, se repite la putada.
Agoto el último parche pensando en la retirada,
si estiro el cuello un poco y vuelvo la mirada,
veo la puerta de casa que no esta nada alejada.
Y es que hay días, amigos que son una pasada,
que la opción más sabia, y también menos cansada,
es dejar la bici quieta y pegarse una sobada.
1 comentario:
Hay que joderse. ¡Yo yo que de chaval no pinchaba nunca! Ahora voy con un remolque con cámaras.
Putadilla lo de hacerse el hueco para salir y no aprovecharlo
Publicar un comentario