Arquitectura Negra

Fin de semana de monte. A pesar del aire que había hecho toda la semana nos liamos la manta a la cabeza y nos fuimos a celebrar nuestros 35 añazos recien cumplidos. El sabado prontito nos pusimos en marcha. Anna había organizado una excursión para, sin hacer muchos kilometros, conocer alguna zona nueva. En la provincia de Guadalajara encontró la zona de los pueblos de la Arquitectura Negra. Casas, cuadras, muros, todo tipo de construcciones hechas en su totalidad con pizarra negra. Los pueblos presentan un cierto aspecto tétrico desde lejos que termina por rodearte cuando estas dentro. Se ve claro que es una zona con inyección de dinero proveniente de inicativas europeas para el desarrollo rural, aunque todavía hay mucho por hacer. De otra forma la mayoría de estos pueblos estarían semiabandonados. Desde Tamajón hasta Majaelrayo pasando por Robleluengo o Campillo de Ranas, todo "lo que crece" a pies del Ocejón estaría incluido. Durante todo el sabado siguió el vendaval de días anteriores y capeamos contra él para sacar un paseo, por eso de que nos diera el aire después del viaje en coche.

El domingo el día amaneció precioso, ni una gota de aire (tiene cojones la cosa, ¿alguien lo entiende...?). Después de una noche en que parecía que nos quedariamos a la imtemperie aparece un domingo de primavera que nos viene de maravilla para la segunda parte del viaje: visita al parque natural del Hayedo de Tejera Negra. Casi una horita por pista forestal hasta Cantalojas y comienza la excursión. Como no conocemos la zona escojemos la ruta corta: Senda de las Carretas. Increible. Paseo relajado subiendo primero y bajando al final entre pinos, robles y hayas. Zonas casi mágicas con arroyos practicamente en toda la ruta. Poca gente, casi nadie. Eso también ayuda a que todo tenga más duende. Se nos hace corto el camino y pasamos un buen rato tirados en una pradera. Hasta que el hambre nos lleva camino de algún lugar donde saciarla. Y con la barriga llena, vuelta para casa. Con las pilas cargadas. Con el cuerpo agusto. Con la mente entre pizarras y hayas. Recomendado para el que guste de gastar el tiempo en estas aventurillas.