Y los miles...endurecen

Por lo menos las patas. Por lo menos el pecho. Por lo menos ese músculo que, según dijo el gran W. Güllich -en escalada- es el más potente del cuerpo. Por lo menos el rostro. Todo de menos a más, dentro de cada kilómetro en particular y en cada repetición en general.
Y vuelve a cobrar fuerza esa frase que un día me dijo un amigo (que de todo esto sabe algo más que yo): "Tío, no matan las balas. Lo que mata es la velocidad a la que se disparan las balas".
Y juro que esta frase me retumbaba ayer en la cabeza después de cada repetición, desde la segunda ya. Me retumbaba poco porque solo recuperaba 45'' pero muchas veces, porque eran una docena de miles. Y al acabar cada uno de ellos y mirar el reloj pensaba: "La bala esta cojiendo demasiada velocidad. Ojo, no te pongas delante". Pero pasaban los 3/4 de minuto y volvía a salir desbocado, con ganas, con rabia y volvía a clavar el crono, y volvía a retumbar la frase...
Parece que al final, la velocidad del proyectil no fue suficiente. Por esta vez, al menos. Eché los 12 miles a la mochila, trote 15 minutos y me fui para casa. Contento. Endurecido. Dándole vueltas a otra frase famosa: "Lo que no te mata..."



A titulo de curiosidad: W. Güllich inventó el Campusboard pensando solo en entrenar para encadenar su famosa Action Directe. El Campusboard es la mayor máquina de tortura para los dedos de escaladores. Yo lo he probado alguna vez y, rieté tu de las series ...