Ayer tarde de columpios con la pequeña-gran Alba. Cada momento que paso con ella aprendo, o mejor dicho me enseña, algo nuevo. Me gusta ese carácter que tiene -aunque reconozco que a veces me saca de quicio- de no querer que nadie la ayude en nada hasta que no ha comprobado que ella sola no puede. ¡¡ Esta es mi niña !!
Y de toda la gama de atracciones y trastos inventados, su preferido es el tobogán. Un clásico que ha sobrevivido a través de los años. Ni los modernos diseños, ni los nuevos materiales han podido desbancar al eterno tobogán. Cuantos pantalones rotos en las viejas tablas de madera, cuantas brechas en la frente bajando de cara, cuantos quemones en las manos por frenar de golpe...
Después, durante 45' de carrera, pensaba en el tobogán de la vida. Lo que cuesta a veces subir hasta un punto. El esfuerzo que hay que hacer, lo que hay que apretar los piños. Cuantas veces resbalamos en un escalón y caemos al de abajo... para luego llegar arriba y deslizarse rápido, cómodo, con algún que otro peligro pero con sensación de placer hasta llegar abajo y buscar una nueva escalera por la que subir. La semana pasada no encontraba la escalera. Esta semana ya estoy subiendo. Poco a poco. Escalón a escalón. Si puedo solo, sino con ayuda. Como mi princesa. Buen fin de semana.
4 comentarios:
Que bueno no solo tener "toboganes" a los que subir sino tambien la ayuda de tus princesas.
Los toboganes y el "parque" se disfruta mejor con compañia.
Bon cap de setmana !
ole pa la peque, que guapa!
a esta el tobogán se le va quedar pequeño enseguida, el día menos pensado se te sube ella sola a la montaña y a descender como su papi.
Un abrazo!
Para toboganes el del Cerro de San Pedro... ¿cuándo quedamos con Mr. Arturo Arnalich para subir y recordar viejos tiempos?...
PS: Guapísima la niña.
Estoy seguro que no es hija del lechero" clavad-ita a su papi".
Bueno, bueno empezando ya por las alturas es que los genes est�n siempre presentes, da le un beso de parte nuestra....
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