...y los trastos de correr en el maletero del coche. Envenenado por el mundial de Osaka, aun y siendo a horas de tomar cubatas, llevo todo el día buscando un hueco para entrenar. El sabado se ha despertado cubierto de nubes con amenaza de tormenta. El sol imita lo que he hecho yo toda la noche. Lorenzo se asoma cada rato entre las nubes, cotillea lo que pasa por el pueblo y se vuelve a dejar tapar. Yo, legañas en ristre, he reptado desde la cama al sofa para ver ganar al funcionario de prisiones Kibet el maratón con un tiempo cuando menos atípico. El resto de la noche he vuelto al sofá varias veces pero, como el vago sol que ilumina pero no calienta hoy, sin ser capaz de apartar las nubes del sueño que tenía y he tenido que leer esta mañana como había ido la noche. Ahora parece que despeja...
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