Otro día más toca a su fin y, aunque la noche se acerca a grandes zancadas, el plato de las cosas por hacer aún esta casi lleno. Lleno de mis vicios, que como son los más flexibles siempre se cuelan entre el resto, hasta el fondo, y quedan para el final. Por la mañana te montas lo que pueden dar de si las, más o menos, 18 horas que tienes por delante. Luego el día te va poniendo en situación y vas estirando las horas hasta casi romperlas. Curro y familia se reparten la mayoría de este tiempo, por desgracia más el curro que la familia, pero aunque sea tarde ( a veces ha sido pronto) hay que tomarse la dosis diaria de veneno....y algunos días, si se puede, doble ración. La dosis de la piscina no suele ser tan necesaria. Con un par de cucharadas a la semana tengo suficiente. El cloro me satura. O quizás el techo de la instalación donde, día a día, me empeño en demostrarme que soy capaz de nadar con el cuerpo paralelo al fondo y siguiendo la línea azul. La bici, sobre todo en grandes dosis, queda para el fin de semana. Envenenaito perdido, un sábado o domingo después de 3 o 4 horas de rodar es lo mejor que hay. Y luego da igual lo que te echen, ¿verdad? Y, por si fuera poco, esta el veneno, comprado por cajas, de la carrera a pie. Desde trote cochinero hasta galope tendido, todo vale. Es lo que tiene. Un par de zapatillas y poco más. Un camino o una carretera. Mira que somos simples.
2 comentarios:
Después de 1456 sms hoy, cuando te vea te voy a dar una colleja ;o)
¿Qué es lo que se guarda en recipientes pequeños? Dicen que el perfume y el veneno, así que tómate tus porciones de este último no muy grandes que luego se gasta,... eso si todos los días un poquitín.
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