miércoles, 8 de octubre de 2008

Llueve

En el peine de los Vientos caía agua a mansalva esta mañana. Los adoquines que alfombran el último trozo de paseo resbalaban bastante y obligaban a ir con cuidado. No he podido evitarlo. Alllegar al final he parado. He hecho un giro de 360º. El mar rompiendo en las rocas. La falda de piedra y verde que cubre las piernas del monte Igueldo. La ciudad y en primera linea el palacio de Miramar. La playa de la Concha y manchas humanas que entran en el agua. El puerto. El paseo nuevo por donde he venido trotando. La isla de Santa Clara. Mar. Y de nuevo la escultura. Hoy no peina vientos, hoy peina agua. Levanto la cara y miro al cielo pero la cantidad de agua que cae no me deja abrir los ojos. Estoy solo. Me apetece gritar. ¿Se ha parado el tiempo? Solo en mi cronometro, que pena. Me paso la mano por la cabeza de atrás hacia delante. Escurro el agua del pelo, me limpio los mocos y salgo de nuevo corriendo. Hoy tenía tirada larga con tandas de 20' a distintas pulsaciones. Díficil estar pendiente del reloj aquí y hoy. Chapoteando y con el agua golpeando el pecho acabo el regalo que me he hecho esta mañana.

Ya en el hotel meto la ropa calada en una bolsa, cierro la maleta y pienso...

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