Recuerdos...Curso 95/96. Jairo (mi primo) disfruta de su beca Erasmus en algún lugar de Francia cerca de Chamonix. Montamos viaje a verle con la posibilidad de subir por la ruta que lleva que hacia el Mont Blanc. Dentro de la equipación me hago con un par de botas de piel con cramponeras. Finalmente el mal tiempo acabó con toda posibilidad de pisar nieve en Alpes y pasamos una semana escalalando en Les Gorges du Verdon y los Calenques (Marsella).
Desde aquel viaje, solo en contadas ocasiones me he vuelto a calzar las botas que se llevaron, hace años, mis ahorros de dos veranos. Ayer fue la última vez.
.La subida al Almanzor (pico al fondo de la foto) no es complicada ni larga. Nosotros tardamos unos minutillos más de 3 horas desde la plataforma. Pero tiene la gracia de estar al lado de casa, de ser es el pico más alto del sistema central -seguido por La Galana, solo 34 m menor- y de tener justo al final dos pasos comprometidos que, unos pasan con soltura, a otros les hace encordarse y a algunos pocos darse la vuelta. Nosotros además llevabamos un aliciente extra: Anna se estrenaba con su primera subida. Desde la Plataforma, donde se deja el coche, hasta la laguna grande es un buen paseo de calentamiento. Ideal para llegar a punto para empezar la ascensión. A la izquierda del refugio sale el camino oficial, aunque nosotros tiramos por los canchales enormes que acortan alguna que otra zeta de la ruta marcada con mojones. Trás el trozo de lanchas la cosa se pone más cuesta arriba y está la zona de grandes bloques de granito con sus aristas afiladas y su caótica distribución, cosecuencia de años de evolución. Un camino laberíntico te deja en la subida más dura. Justo a la altura de un valiente nevero (¡¡ aún resiste este año !!) pequeño giro a la derecha dejando la subida evidente al frente. A partir de aquí la misma pendiente genera un cambio de firme. El camino se empina más y, esto hace que el tamaño de las piedras vaya decreciendo a medida que nos acercamos a la portilla que da vista a tierras extremeñas al llegar arriba. Las mayores piedras ruedan más abajo y más lejos. Arriba, practicamente solo resbaladiza arena. Desde aquí, cobarde ataque por la espalda al pico al que, a través de su chepa subimos hasta arriba pasando sin más problemas los dos puntos más... verticales.En la cima del Almanzor, junto al punto geodésico, no hay sitio para más de tres personas (cuatro si se aprietan mucho) instaladas de una manera cómoda. Una vez tocado techo comienza la bajada que es, a mi forma de ver, bastante más cansada que la subida. La zona hasta el nevero es el mismo pedregal por el que hemos subido que machaca rodillas ( y a veces el culo). Después los grandes bloques de gránito dan paso a la laguna y a los bocatas. Un pequeño descanso y regreso a la plataforma donde trás dos botellines bien fresquitos todo se ve mucho más claro.
Nota: Las botas, como venganza al destierro que sufren en el armario de los trastos, me castigaron con unas ampollas que hoy me dejarán en el dique seco de entrenos.
2 comentarios:
Enhorabuena a Anna por su estreno!
¡Qué envidia! Preciosa salida -durita para estrenarse, enhorabuena a Anna-. Está claro que lo peor de subir,... es bajar. En invierno debe ser aún más impresionante ¿no?
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