El fin de semana da los últimos coletazos y deja tras de si un sabor extraño, atípico, de sensaciones encontradas, de susto que deja paso a un alivio relativo. Dos días escasos que, puestos en fila, dan el aspecto de muchísimo más de 48 h. pero que mirando hacia atrás no pesan más que un puñado de minutos. Uno llega al viernes con la lengua fuera, el rostro desencajado y dando pases de pecho a todo lo que signifique joder el fin de semana. En cuanto sales del curro todo se despeja y se abren claros por todos lados. El sábado ya tengo plan, con Anna y Alba "enmochilada" vamos a hacer la primera parte del MAM. La subida que corresponde al Cross del Telégrafo. Esta zona, que pertenece al nuevo recorrido, no la conozco de nada y la excursión en familia es una buena excusa para pegarle un tiento. Una primera parte de camino polvoriento y una segunda de camino estrecho y enraizado que harán las delicias de todos el próximo día 17. Salen unos 9 kms. todos para arriba pero por sitios donde la cuesta queda en segundo lugar gracias a la belleza del sitio.
Esa misma noche, el día antes de la tirada larga por el monte, Alba bate record de fiebre y nos despierta con 39º de fiebre. Chute de Dalsy y duermevela familiar que nos lleva a Urgencias. Catarro heavy con infección de oídos y domingo casero con jornada de reposo. Parece que a estas horas la princesa duerme tranquila. La amoxicilina hace milagros. Yo no soy partidario de antibióticos pero reconozco que en determinadas situaciones funcionan. Esperemos que mañana vuelva a ser ella y el domingo que viene este gritándome cuando pase por Cotos camino de Cercedilla.
1 comentario:
Que se mejore la enana... por cierto, qué mayor está ya
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