Derrochar imaginación es algo que puede ser bueno o malo. Para mi, siempre bueno. Salir a entrenar -sobre todo correr- es un buen momento para desinhibirse de un montón de chorradas que no te dejan ser tu mismo durante el día. Uno, mientras corre entre campos de cereal, puede aprovechar el tiempo para muchas cosas. Yo monto y desmonto historias, voy y vengo cien veces a otros tantos sitios, construyo y destruyo viajes a lugares de lo más variado, traigo a mi lado y devuelvo a su casa a mis amigos... imagino, sueño, a veces deliro.
Ayer, en un alarde de chulería y con dos días de auténtica locura a la espalda, me calcé mis zapatillas y, con las 21:00h cumplidas salí a correr una hora. Con la cabeza todavía más tostada que las patas por culpa del avión me fui a dar una vuelta por la última noche de copas en mi pueblo. Andabamos todos preocupados por nuestros quehaceres al día siguiente -día de elecciones, por cierto- y no acababamos de centrar el tema. Pelotazo va, pelotazo viene, a ritmo de nuestro querido barman Alvarito, yo tiraba para el pasado, al Lanzarote de hacía una semana. Batallitas y aventuras que se encontraban con la jornada de pesca del día siguiente en el coto de la Herguijuela que tenía el gran Mansoni. Otro de la tropa preocupado por la carrera que podía hacer F. Alonso al día siguiente en Mónaco no quería ni oir hablar de truchas... por otro lado la boda del año pedía turno de palabra mientras que alguno solo insistía en que el gintonic con Nordic Mist no valía nada y pedía fanta de limón. Es lo que tiene quererse tanto y no verse todos los días ;-) Y así pasó el rato, mezclando lava con solomillos y cañas de pescar con curvas cerradas y paradas en boxes. Y también pasaron los kilómetros y de vuelta a casa me gusto sentir en el estomago esa sensación que te deja un buen rato con los amigos... o una buena carrerita.
2 comentarios:
Y ¡qué gusto correr sin "tener que correr". Correr por gusto sin la presión del "entrenamiento para X". Así sí, así se puede correr como acabas de contarnos: viajando, soñando...
Así me siento yo también estos días, Esteban... el otro día, de cañas con unos amigos, no sabía muy bien si tomaba isotónico ó burbujitas con alcohol, ó si los pinchos eran powerbares. Que bonito es nuestra vida de contrastes...
p
Publicar un comentario