Volvamos la vista atrás... el mismo día del vuelo a Roth estuve cerrando mi cuaderno de entrenamientos y anotando tiempos, distancias estimadas ( ya sabéis que yo entreno siempre por tiempo) y otras historias. Poco antes de desayunar tenía estos números en mi libreta:
Desde enero:
Natación: 57h45' ( unos 170 km)
Bici: 84h de bici ( 2.730 km), 102 h totales incluyendo tutes de rodillo
Corrrer: 72h 30' ( casí 1.000 km)
En Total: 232h15' ( unas 9h45' /semana)
Volumenes, como todo en esta vida, mejorables pero cercanos a las 10h/semana que había yo calculado que podría entrenar.
Con mis número hechos y un buen desayuno salimos para el aeropuerto con la ilusión de los niños cuando empiezan sus vacaciones de verano: era el primer vuelo de Alba y en ese momento ella era el centro de atención.
Todo el viaje fue bien, con las aventuras/desventuras típicas pero sin grandes desajustes llegando al hotel a la hora de dormir. A mi me dió la una de la madrugada montando la bici pero, si no lo hubiera hecho no habría dormido tranquilo.
A la mañana siguiente nadamos en el canal 20' y por la tarde recogida del dorsal y encuentro con amigos en la Feria del Triathlon. Aquí, yo que soy un poco rarito, ya empezé a verme un poco desbordado por la cantidad de gente que había. Olor a triatlón por todas partes, pero para mi gusto, demasiado mogollón... Pasamos la tarde yendo y viniendo por la feria, y hasta tuvimos tiempo de saludar a Faris y echarnos una foto con él.
El sabado salimos a rodar 40' en bici, incluida una subida a Solar Berg -sin gente- con unas sensaciones estupendas, rodando acoplado y pensando en el día siguiente. Por la tarde tocaba control de bicis en boxes, junto al canal, y entre eso y dar un paseito con Anna y Alba por Rothsee se nos fue el día....ya estabamos en capilla, la cuenta atrás llegaba a su fin y pronto habría que irse a dormir ...
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