Re-comenzando (I): Disciplina

Los comienzos nunca fueron sencillos. Eso dice el tópico. Pero es que las "vueltas a comenzar" también cuestan lo suyo. Más si cabe. Hablo del regreso a la piscina con su cloro, sus agüelitas flotantes, sus canijos sub20 a menos de 1'20''/100m, su amabilísima chica de la puerta... encantador sitio para empezar el día ¿no?
Ah si, lo de re-comenzar y sus dificultades. Por un lado hay un tema de disciplina, o mejor dicho autodisciplina. A ver, no nos engañemos. De todos los que estamos en la puerta de la piscina a las 6:25 AM no creo que sea yo el único con cara de ¡¡ Qué feliz estoy de poder nadar a estas horas (con la fresca, que dicen en mi pueblo) !!. Desde luego el resto no la tiene y por extensión, mimetismo o lo que sea...me puedo imaginar la mía. Pués si, disciplina. Que no comienza cuando, la noche de antes o a veces esa misma madrugada, pones la alarma a las 5:45h. Nooooo, eso no es disciplina. Comienza cuando suena el puto grillo que lleva dentro el móvil. Pegas el salto disciplinadamente, te vistes con orden (el bañador debajo del pantalón, que no a todos nos queda bien el look de Superman) y -lo aconsejo- sales rápido y sin mirarte en el espejo. Algunas veces, lo que ves en el espejo (o mejor lo que no ves) te devuelve al catre sin acuse de recibo. Es el famoso y peligroso Efecto Legaña.Si has de hacerlo, mejor ya en la calle, en el primer escaparate o en el retrovisor del coche. Tranquilo, no hay nadie en el asiento de atrás...eres tú !
Sigue el ejercicio de disciplina cuando no encuentras aparcamiento. Mezclada al 50% con autocontrol porque las ganas de volverte a casa...aparecen de nuevo. Suerte del vocabulario español repleto de tacos para descargar tensión. Ya esta aparcado.
Ultimo ejercicio de disciplina: ducharse antes de echarse al vaso. Bufff, si solo que te salpique los pies el agua que cae en el suelo y te retuerces sobre ti mismo como un contorsionista de circo. Disciplina y al chorro. En cinco segundos ya tienes el cuerpo con la carne de pollo, el arma reglamentaria recojida en su funda y los pezones del navegador a punto para marcar la ruta. Te dejas ir hasta el borde de la piscina, metes la cabeza en el gorro, te ajustas las gafas, haces como que te caes y... ¡¡ A DISFRUTAR !!