En el histórico reciente hay una intención conseguida de nadar 3 días/semana que funcionó bien desde el verano hasta final de año. Después llegó el cambio definitivo a Barcelona y los ajustes familiar-laborales-ociosos sin tocar agua. Ahora ya, casi hecho al nuevo ritmo de vida, he buscado una piscina con situación y horario que no me hagan perder las sesiones de tarde de carrera o columpios. Y ya la tengo...
...en lo más profundo del barrio que vió nacer a Loquillo se prepara la nueva entrega de TRIburón. Esta vez se narra la historia de la metamorfosis de una TRImedusa (facilmente reconocibles por el gorro con dorsal semiborrado y tipín casi fino) que manipulada geneticamente por un experto en especies marinas muta a terrible escualo. Poco a poco evoluciona desarrollando unas cualidades que le llevan a nadar a ritmos nunca soñados, junto a Chewakas y otros bípedos superiores. La historia gana un punto de interés cuando TRIburón, enfundado en un traje de neopreno, gorro y gafas y pisando la arena de Puerto del Carmen, se abraza con amigos mientras un pitido anuncia que comienza su particular lucha. ¿Qué como acaba? Para saber el final tendréis/tendremos que esperar.

2 comentarios:
Yo sé cómo termina cierta historia de un tipo de agua dulce que probará las aguas saladas del Pacífico...
No estaría mal ese final...einnn !
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