lunes, 17 de mayo de 2010

Y tú, ¿volverías?

Todos nos fuimos a dormir convencidos de que el domingo amanecería abierto o, al menos con pocas nubes. Todos nos acostamos con la seguridad de que de madrugada la "novia" se quitaría el velo y nos dejaría verle la cara antes de besarla. Todos sabiamos que el barro, el resbaladizo barro, y la nieve, la incómoda nieve, estarían ahí. Y sin embargo todos estabamos deseando ir a su encuentro y medirnos con la montaña. Algunos se medían entre ellos. La mayoría teniamos en nosotros mismos nuestro propio rival a vencer. No es fácil explicar el dilema. ¡¡ Qué asco más rico !!
Por eso cuando se acercaba la hora de la salida y llovizneaba en la plaza de Zegama todos rodabamos por las calles con una sonrisa de oreja a oreja. Sin decir nada. Cruzando miradas. Nerviosos. La distancia y las condiciones del camino se encargarían después de acortarla y estirarla a capricho.
foto Monrasín (gracias)
No tendría sentido contar como fue la carrera kilómetro a kilómetro. Esto no es asfalto. Cada uno fue distinto de los demás, aunque sea solo por el hecho de ir sumado a los de antes; pero todos eran iguales a la hora de pelearlos. Ayer, la batalla no se ganó contando las subidas que llevabas ni las bajadas que te quedaban. Ayer el triunfo fue el resultado de una lucha paso a paso, a veces palmo a palmo. Si cierro los ojos ahora mismo veo barro. Mucho barro con miles de huellas de más de 4 dedos de profundidad. Y debajo piedra. Veo una hilera de corredores, más o menos seguidos, hilvanados, por una cresta nevada a cuatro patas. Es gracioso, parecen bailar la conga. Veo un montón de locos felices: los que llevabamos un cortavientos atado a la cintura e intentamos correr y los que animaban dentro de calidos forros polares o gruesos anoraks. Pero también oigo. Oigo el chop-chop del que va delante, del que viene detrás, el mio propio. Un taco. Oigo voces. Oigo mi nombre. Oigo silencio en medio de las hayas. Oigo-me y no me creo lo que me digo. No es posible. Estoy loco. Por estar ahí metido pero también de contento. Por ir avanzando. Por ver gente que te pasa, que se supera. Por estar deseando llegar a meta y saber que vas a poder hacerlo cuando no siempre lo has tenido claro.
¿Qué si volvería? Mañana mismo !! Pero, si no lo entendéis,...no me pidáis que os lo explique.

"A lo que usted llama Infierno, él lo llama Hogar" (Coronel Trautman en Rambo II)

9 comentarios:

Dani dijo...

Esto ya es otra cosa. Ahora sí. Pero no te libras de llamarme mañana por la mañana.

tonicendon dijo...

Un día épico y un buen recuerdo para siempre, me alegro por ti.

Anónimo dijo...

Increíble Zegama. Increíble Aizkorri... Pero más lo más increíble: TÚ.

Enhorabuena de nuevo.

Bss

MdB

atxa dijo...

Bonitas impresiones. Esto nos nutre para vivir.
Andeka

davidiego dijo...

magnífica cita de una obra cumbre y básica en el pensamiento occidental del macho, un cerebro sobre dos patorras, con un par.

Anónimo dijo...

bulderban me parece que sales en este video no?
http://www.youtube.com/watch?v=JBU1QKFJ-Yc
sukr

bulderban dijo...

dorsal 252...ese soy yo, limpito y coleando !1

Talin dijo...

Y yo que sigo diciendo que el secreto está en ese maillot.

Isidre Escorihuela dijo...

CABRÓN, QUE LOCURA TAN BONITA
;-))))