Sigo aquí

Hasta tres veces he tenido que teclear la contraseña. Hace tantos días que no escribo nada que el sabio mecanismo de la memoria ya había escondido, en el desván de mi coco, la palabreja que abre la puerta a este compendio de chorradas que voy escribiendo a ratos perdidos, robados al trabajo o en momentos de poco sueño. Pero al final apareció, cubierto por las telarañas del no-uso y detrás de un montón de recuerdos apilados sin orden. El ir y venir no ha dejado mucho rato libre ni para escribir ni para entrenar. Desde un completo anonimato he compartido Roth, Austria y Zurich con amigos que se han dejado muchas horas de entrenamiento bajo el arco de meta o en la cuneta camino de ella. Alguna sesión a pata por Canencia echando el bofe detrás de un tío que no para de hablar del tour y un fin de semana con amigos en una casa rural son el arena de la vida que rellena los huecos dejados por el trabajo y los viajes del día a día. Después de las vacaciones, con la llegada del otoño todo debería de reorganizarse y las cosas volver a ocupar su orden lógico en mia escala de prioridades. Ahora no es el momento. Miro llenó de ilusión lo que tengo -deportivamente- en mente ( Boca del Infierno, tri de Pálmaces y Jabalimán) aunque no llegaré como a mi me gustaría y se que, cuando este momento pase, seré un poquito más feliz. De eso se trata ¿no?.