Doble lazada con cariño. En la otra zapatilla igual. Levanto la cabeza. Otra bofetada de calor entra por el hueco entre la persiana y el marco de la ventana. Igual que al agacharme. Sentado en la cama me repienso lo de salir a entrenar. Joder, son las 20:30h pasadas y esto no afloja. Por delante una horita de carrera por caminos polvorientos entre campos tomados por las cosechadoras. Aire denso, espeso, calentorro que hace difícil respirar. ¡¡Un pinar, mi reino por un pinar!! Pero eso será el fin de semana.
Cuando abandono mi casa, oscura pero fresquita, todo fluye mejor y las pesadas zancadas del principio se van transformando en un tran-tran más alegre. A ritmo tranquilo, de "no hay fuentes donde abrevar", voy completando kilómetros. Busco las pobres sombras de algunas encinas como oasis en medio del secarral. Fuera la camiseta. En la distancia el calor desdibuja las imagenes y los perfiles se vuelven difusos. Un tractor esta parado junto al camino y a su sombra descansa el dueño. ¿Estaré loco? ¿Esto sirve para algo? 45' después solo pienso en la ducha y en una (o dos) cerveza bien frías. Se va el sol y queda el calor. Otra gota de sudor cae por la sien y me seco con la camiseta que llevo en la mano. Se va el sol y salen los conejos de las madrigueras. Ultimo repecho para echar el resto. Se va el sol y se va otro día más. Ya estoy en casa de nuevo. 1h02'32''
1 comentario:
Que suerte tienes, pues por estas latitudes si el termómetro cojee esta semana 2oº es mucho y yo dos semanas en casa de vacaciones
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