Gredos está increible. Las lluvías han hecho que en pleno mes de junio sitios que otros años fueran aunténticos secarrales se llenen de agua, color y vida. Los prados rezuman agua y no mojarse los pies es imposible. Pisas los terrones y exprimen agua como si de esponjas se tratara.
Hoy estuve explorando una nueva ruta (PR-AV 16) para cuando llegue el verano hacerla andando con Anna. Conocía la garganta de Bohoyo de pasar cerca pero como "al final no hay laguna" nunca era un destino apetecible. Gran error. Prácticamente en paralalelo al curso del agua va toda la senda y el 95% es corrible. Estéticamente los robles, otros años vestidos en tristes marrones, mantienen aun sus hojas con un verde potente. Por encima de línea donde acaba la vegetación los piornos de flores amarillas y los canchales cubiertos de grises líquenes contrastan entre ellos. El coche se deja junto al cartel que marca el inicio de la ruta (aprox 1.200 m) y no hay más que cruzar la puerta para empezar a correr por una pista. Y dejarse llevar por los hitos y postes. Sin grandes repechos, mezclando piedra y pradera. Disfrutando de lo que te rodea. Paso por los refugios de La Seca, La Redonda y La Longuilla, en este orden. Justo cuando los lanchares dominan el paisaje, pasado el pequeño refugio de El Lanchón, a mano izquierda dejo El Berrueco y Meapoco, dos picos de más de 2.200 m. A esta altura, casi llegando a la cima de El Belesar y su collado se pone a llover y me quedo con ganas de mirar al otro lado de la cuerda. Pero eso será este verano. 1h19' y doy la vuelta. Por hoy esta bien. Volveré. Ahora regreso al coche y completo algo más de 22 kms en unas 2h20'. A tiempo de ir a tomar unas cañas por el pueblo.
Hoy estuve explorando una nueva ruta (PR-AV 16) para cuando llegue el verano hacerla andando con Anna. Conocía la garganta de Bohoyo de pasar cerca pero como "al final no hay laguna" nunca era un destino apetecible. Gran error. Prácticamente en paralalelo al curso del agua va toda la senda y el 95% es corrible. Estéticamente los robles, otros años vestidos en tristes marrones, mantienen aun sus hojas con un verde potente. Por encima de línea donde acaba la vegetación los piornos de flores amarillas y los canchales cubiertos de grises líquenes contrastan entre ellos. El coche se deja junto al cartel que marca el inicio de la ruta (aprox 1.200 m) y no hay más que cruzar la puerta para empezar a correr por una pista. Y dejarse llevar por los hitos y postes. Sin grandes repechos, mezclando piedra y pradera. Disfrutando de lo que te rodea. Paso por los refugios de La Seca, La Redonda y La Longuilla, en este orden. Justo cuando los lanchares dominan el paisaje, pasado el pequeño refugio de El Lanchón, a mano izquierda dejo El Berrueco y Meapoco, dos picos de más de 2.200 m. A esta altura, casi llegando a la cima de El Belesar y su collado se pone a llover y me quedo con ganas de mirar al otro lado de la cuerda. Pero eso será este verano. 1h19' y doy la vuelta. Por hoy esta bien. Volveré. Ahora regreso al coche y completo algo más de 22 kms en unas 2h20'. A tiempo de ir a tomar unas cañas por el pueblo.
Gracias a Edith por las fotos.
2 comentarios:
Yugs, daw nabasahan ko naman ni sa iban nga blog?
Lo cuentas tan bien qe ya no hace falta ir. ¡Menudo entreno!
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