martes, 19 de febrero de 2008

Amparo

No sabremos que será de nosotros de aquí a unos años. Ni siquiera de aquí a unos momentos. Pero la vida se encarga de recordarnos cada momento cuan injusta es. Y, si hay algo que realmente duele es ver como hay gente que habiendo sido un torrente de energía y genio, alguien que ha sacado adelante todo lo que se ha propuesto a base de trabajo y más trabajo, alguien que ha peleado cada minuto como si fuera el último, se apaga poco a poco. Y si además es una de las personas que te ha hecho crecer hasta lo que eres hoy y que te ha enseñado a estar orgulloso de lo que eres y de lo que tienes -sea lo que sea- el dolor es mayor. Amparo (la abuela que no quería que la llamaramos abuela) esta pachucha. Por eso ayer después de una llamada de esas que cuestan hacer, mientras Anna preparaba algo de merluza para cenar, me fui al rincón de la cocina que hace las veces de bodega y busque una botella de vino. No había nada que celebrar. O todo. El caso es que abrí una botella de un Viña Mayor de1996, de esas que guardaba no se muy bien para que coños. Y la abri porque si. Para Anna y para mi. Para brindar por la abuela, por Amparo. Por que tantos años tirando del carro de la familia lo merecen. Por los cojones que le echó a la vida y que le sigue echando desde sus casi 92 años. Porque, aunque a ella no le guste, es mi abuela y porque la quiero. Puta vida.

2 comentarios:

Dani_ironmandream dijo...

Brinda por todo lo bueno que te ha dado y por lo que le queda por darte.

Mucho ánimo y un abrazo.

irotante dijo...

Yo me crié con los abuelos y te digo de corazón les quería mas que a mis padres con 92 paso a mejor vida y desde ese dia todo cambio para mi....animo