viernes, 28 de diciembre de 2007
¡ Este es mi invierno, este es mi pueblo !
Viendo el sol que brilla al otro lado de la ventana se puede caer en la tentación de madrugar y salir a trotar. Si consigues vencer la pereza y salir de entre las sabanas, te darás cuenta que fuera en la calle cuesta mucho respirar. Por debajo de cero grados el aire entra por la nariz hiriendo cortante, como si de un cuchillo se tratara. Inmediatamente sube hacia arriba, pegado al tabique nasal y haciendo que dos lagrimones se asomen y resbalen por la cara. En su camino, el frío aire duele en la garganta como si tragaras alfileres y a partir de aquí ya suaviza su efecto. Es una sensación que duele pero produce un placer dificil de describir. Es el contraste del calor y el frío en su estilo más puro. Es la mezcla del frío invierno camuflado por un sol que engaña si no sales a la calle. Y cuando acabas la carrera ves que toda la ropa esta cubierta de escarcha mientras te conviertes en una fuente de vapor andante, ves que realmente merecieron la pena esas dos lagrimas, te das cuenta que ha llegado la hora de una ducha calentita y un café con leche.
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3 comentarios:
Lo has descrito perfectamente. Lo malo es cuando llegas así a casa y...¡no funciona el agua caliente!
O cuando escribes eso el día de os Santos Inocentes...
Bajo la ducha caliente las manos renacen no sin quejarse. El rostro se desentumece y la nariz por fin cierra el grifo. El invierno es genial!
Feliz 2008
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