miércoles, 11 de abril de 2007

Encantado de no conocerme

Es increíble lo poco que uno se conoce a si mismo. Si, si, he dicho bien. A veces rodando en bici, sin apretar mucho, con el piloto automático nos sorprendemos de lo poco que conocemos a ese compañero de entrenamiento y lo bien que lo pasamos juntos. Otras veces incluso nuestra pareja, tan cariñosamente cercana, nos descubre alguna rareza que no reconocemos. De los compañeros de trabajo mejor ni hablamos. Pero lo mejor de todo es cuando es uno mismo la fuente de sorpresa. ¿No habéis tenido nunca esa sensación? Es acojonante. Vas corriendo. Fuerte. Una fina lluvia, como de alfileres, te acribilla la cara y las manos desnudas. Y te encanta. Te sientes el tío más afortunado del mundo. Por lo que tienes y por lo que no tienes. Por lo que deseas y por lo que aborreces. Por los que te rodean y por los que te soportan. Y, mientras se forma una película de humedad alrededor de tu cuerpo, no puedes evitar preguntarte si tu eres este o el de la corbata de hace un rato. A veces hasta son incompatibles. Y también dudas de cosas que otras veces ves clarísimas. Y de si realmente necesitas todo lo que tienes y si tienes lo que realmente necesitas. Y una frase que leí hace años retumba en mi cabeza. Decía algo así como: Si miras las estrellas reflejadas en un charco, pronto serás más charco y menos estrella.
Termina la carrera y la ducha no arregla nada. No me conozco. Si no, muchas cosas estarían mucho más claras en mi cabeza. Pero eso sería aburridísimo. Y lo aburrido no va conmigo. Creo.

4 comentarios:

Jesús dijo...

Un seguidor habitual de tu pagina, y ¿triatleta? (al menos lo pretendo).

Felicitarte por tu blog, y por las entradas que das en el mismo.

Muchas veces he coincidido con las sensaciones que describes en la última entrada.

Que pregunta tan complicada la de por qué hacemos triatlón. Por qué no otros deportes.
¿Que atractivo tiene?.

Para mi uno de los principales, es que cuando, corremos, nadamos o montamos en bici, estamos mas que nunca solos con nosotros mismos, nuestra naturaleza, reducida a cero, desprovista de todos
los complicados añadidos, y complementos.
Solo nosotros. Y ahí es cuando por un momento nos miramos y no nos reconocemos tan "básicos".

No hay nada mas básico para un ser humano que trotar y nadar. Y la bici acompaña bien a los anteriores.

Sigue asi con la página y un saludo.

emonje dijo...

Encantado de tenerte por aquí. De acuerdo contigo en casi todo... solo añadir que en las cosas básicas se te ha olvidado el sexo ¿no? ;-)

Valle dijo...

En esa aventura de conocerse y sorprenderse desconociéndose, sigues asombrándote. A mi me gusta la frase de noséquién "nada de lo humano me es ajeno". A veces soy capaz de la mayor heroicidad ( calificación mía propia y personal): aguantar media hora más sobre la bici , meterme en la piscina cuando estoy helada de frío, darle un beso a mi padre pensando que no se lo merece... y también de las bajezas más bajas (pensamientos más que negativos, envidias, rencores...y no sigo). Yo Bulder, estoy aliviada de conocerme. No sé si me aguantaría.

valle

Valle dijo...

Quise decir estoy aliviada de no conocerme.

Actos fallidos....