sábado, 23 de octubre de 2010

Desayunando la vida

Lo voy a contar...

Corté un trozo de pan con la precisión de un joyero. Soy así. Igual de ancho por todas partes. Y como la anchura no tenía que ser mucha, no me resultó fácil. El pan que hacemos en casa es tan bueno de comer como rebelde a la hora de dejarse mutilar. Lo di un punto de tueste y lo acosté, todavía caliente, en un plato.
Queso de cabra. Mi tía Pili (la de Vivegredos) nos había regalado dos en la última visita al pueblo pero solo queda un trozo. Volví a ejercer de joyero. Esta vez dos trozos que sumados cubrían todo el pan. Tumbados uno junto a otro. Pegados pero solo lo justo. Como una pareja que, para dormir, necesitan sentir la presencia del otro pero que tienen los deberes ya hechos. Un toque de calor pasa del colchón a los ocupantes. Del pan al queso. Sin fundir nada.
Miel. Esta vez de castaño. Te la comes a cucharadas si te pones...no te pongas. Con una buena dosis bañas a los amantes cansados. Movimiento rápido y preciso. No es fácil calcular la cantidad justa para que no salga del pan y quede todo cubierto.
Observa. Es increible el comportamiento que tiene la miel. Resbala sobre el queso sin perder tiempo intentando atravesarlo. Cae por los lados. Cae por el fino espacio que separa los dos cuerpos. LLega al pan y se integra entre la porosa miga. La superficie es dura gracias al tostado pero aloja en sus huecos a la dulce visitante. Cuando intenta salir por la cara inferior y llegar al plato lo que encuentra es mi lengua, mi boca. Los dientes aprietan. El pan cruje, el queso se deshace, la miel vuelve a salir triunfante. Dulce. Escurridiza.

Be honey, my friend -lo siento Bruce ;-)

8 comentarios:

davidiego dijo...

qué finura, qué manera de engarzar los elementos, eres un joyero templado y tu vida, de muchos quilates.

DPC dijo...

No te conozco pero por alguna foto tuya que alguna vez has puesto en el blog juraría que como la miel y te has filtrado por la red y has llegado al blog de Corricolari:

http://www.corricolari.eu/index.php?sec=noticias_detalle&idNoticia=854

Un saludo.

Anónimo dijo...

mucho mejor ese desayuno que los anacardos paleolíticos ¿no?

!dan ganas de comerselo! disfrutalo.

Bss
MdB

el chulo dijo...

panificadora del lidl?
Buen invento!

Dani dijo...

Joder, qué hambre me has dado

aja dijo...

Cuando termines de desayunar me llamas, zalamero.

Atalanta dijo...

Ciencias exactas. Gran post.

Talin dijo...

Y a mi que no me va el queso, hasta me han quedado tentaciones...