Ahora, unos días después mientras pongo orden en los trastos y en los pensamientos, tengo una mezcla de sabores que durante el gran día estaban completamente separados...
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Salado.
El neopreno todavía huele a mar. Le voy a dar otra ducha...
La natación en el mar es impresionante. En 2 vueltas iguales pero distintas. Echarse al agua casi a oscuras y, en la siguiente vuelta, nadar hacia el sol naciente hacen que cada brazada sea distinta. Yo me despisto, me desconcentro, me "voy". Me debe de poseer el espíritu de Dori ("Buscando a Nemo") y contínuamente me tengo que decir eso de "Sigue nadando, sigue nadando, sigue nadando...". A veces con permiso y otra veces sin preguntar, el agua del mar llena mi boca, corretea entre la lengua y los dientes. Flirteo con ella y acabo echándola fuera. Mientras no baje garganta abajo no hay problema. Por la nariz mejor que no entre. Solo algún golpe - Talín, vaya capón me diste ;-) - y alguna caricia anónima en las plantas de pie me recuerdan donde estoy y que esto consiste en pasar lo antes posible de la horizontal a la vertical. De lo humedo a lo seco. Del agua a la tierra firme. Luego, bajo las duchas de agua dulce, me quito el neopreno y lo intento con la sal. Nunca es suficiente. Mientras trotas hacia la T1 y en los primeros kilómetros de bici, la boca salada y la ropa mojada es lo que queda trás nadar algo más de una hora.
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7 comentarios:
Joder Esteban....
Estas fet un crak. Felicitats salao
Joder ya estamos por capítulos...., pero la cerveza bien que te gusta casi de un trago.
Secundo lo que dice Talin.
la sal de la vida.
Salado....pues la noche anterior si que te gustaba la birraaaa,pájaro cuenta lo bien
Esto no se hace, no me puedes dejar sin dormir esta noche, yo pensaba que había más chicha.
Estare atento
Go Up
Luis
Enhorabuena por poder compartir la carrera con amigos, y por supuesto por en numero 13, jeje
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