El dia se escapa por el desagüe junto con el agua sucia de fregar los platos. Bajan juntos, cañería abajo, dejando tras de si ese típico ruido de garganta que traga. Y se va. Otro día más sin poder entrenar, casi sin poder escribir. Hoy Lérida, mañana Valencia, pasado Cádiz. Ha habido epocas mejores...pero también peores.
Aclarando los 3 vasos empujo lo que queda de hoy y pienso en mañana. Dos brazos cálidos y familiares me rodean por la cintura. Cerrando los ojos dejo caer la cabeza hacia atrás y encuentro un hombro donde apoyar mi nuca. Algo susurrado al oido me arranca una sonrisa. De cuajo, espontánea. Creo que hasta me ruborizo. Preparó infusión de tomillo. Pongo una cucharada de miel en cada taza. Saco la tableta de chocolate negro y lo acerco a la habitación. Son pequeños lujos para cerrar bien un día largo.
Mi cabeza esta como mis piernas...vagas, perezosas, pesadas. Me cuesta juntar letras que digan algo, que expresen lo que tengo por dentro. Igual que me cuesta juntar kilómetros vestido de corto. Pero ni vivo de lo que escribo, ni como de mis carreras. Me vuelvo a sonreir pensando lo simple que soy, que somos.
Con la luz apagada y mientras las pupilas se hacen a la oscuridad voy dando pinceladas en el cuadro que tengo a medio pintar...y, a oscuras, me sonrío otra vez.
5 comentarios:
:)
Poeta!!!! Te pareces a los de Marea ;-)
;)
Bonito y sincero.
Hola Tengo ganas de conseguir el dvd de Marco Olmo y no se como ¿Me podias decir como lo conseguiste? Un saludo y Gracias.
Ya sabéis...si relajas los músculos de la cara lo que queda es...una sonrisa !!
Juanma aquí tienes: http://www.unpassodopolaltro.it/
Publicar un comentario