Yo no soy de salir a entrenar lloviendo. Me provoca mucha mandra. Y no es por mojarme, que también, sino por que siempre soy tan optimista que aunque el negro más negro se apodere del cielo pienso que, por encima de las nubes no llueve y abrirá dejando un hueco para cumplir con la liturgia que toque. Este peregrino razonamiento lo cimento en que sí una vez fuera, y metido en faena, acabo chorreando como una magdalena rescatada de un colacao no me importa lo más mínimo. No sería la primera vez que salgo -seco- para correr una hora y al cuarto de hora estoy como una sopa pero dispuesto a alargar el entreno por puro placer (puntoiaparte)
Hoy salí a entrenar. Yo estaba limpio y seco, convencido y decidido, dentro del coche mientras caían unas finas gotas en el parabrisas. A oscuras. Ni hacía falta poner el limpia (puntoiseguido) Si sales del coche y el primer pie que pones en el suelo cae en un charco hasta el tobillo, ¿qué haces? Rapido, más rápido, sin dar tiempo a pensar ni 0,5-loquesea baja el otro y mételo al lado. Ponte de pies. Y a correr... A los 5 minutos, demasiado tarde para volver :-) jarrea como nunca pero me repito: por encima de las nubes no llueve. Para descubrirlo puedes hacer dos cosas: esperar a que abra o seguir corriendo y volar alto para intentar buscarlo. Pero !ojo¡ que no llover significa que calienta el sol o brilla la luna. Esto es así, a veces se ha de escoger...(puntoifinal)
2 comentarios:
El día que entrene con tus lluvias por el parque que está detrás de tu casa....
DD a ver si vuelves que ahora no hay cuestas ;-)
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