No fallaron las fuerzas, ni la cabeza. Conseguí entrar l'Abadessa de Emmona por la Porta del Cel sin derrochar -ojo, no sin gastar- ni un solo gramo de energía. Cada paso dado, cada gota de sudor, cada bocado de bocata fueron en la dirección correcta. ¡ Eficiencia ! Los Pirineos volvieron a mostrarme que la montaña es una fuente increible de enseñanza donde hay que saber leer entre líneas (y no solo mapas o gps). Me imagino que algo escribiré aunque esta vez cada uno ha de sacar sus propias conclusiones. Yo las mías ya las tengo casi "pasadas a limpio" y estoy contento. Estoy en el camino...en mi camino.
2 comentarios:
Ummmm ! deben ser esas patillas las que te dan fuerzas,,, jeje
esperamos tus conclusiones, crack!
un beso
MdB
de un particular de Esparreguera(bcn). QUE BONITO!! mucha fuerza y ánimo. a por la próxima!!
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