Sacó a pasear un deseo con la idea de convertirlo en una realidad. Con el mismo mimo que algunos sacan a su perro a la montaña pero con la misma prudencia que otros vuelcan sus entrañas en una reunión de amigos. El delirio de una noche de fiebre alta le había conducido por extraños (y a la vez apasionantes) vericuetos que no llevaban a ningún sitio pero que hacían intuir un algo. ¿Comenzó antes el dolor de cabeza o fué la calentura? ¡¡ Qué más da ahora!!
Un solo café solo (y solo) mirando al mar, ya con la corbata estrangulando al cuello sirvió para asentar el revuelo interno. Dentro del pantalón la rodilla izquierda quería decir algo pero el ruido de platos y tazas amortiguaba la queja. Fué y volvió varias veces con la vista hasta donde termina el agua salada. Mismo viaje, mismas preguntas sin respuesta: ¿Son mucho 6 horas? ¿Es poco 3 kmsipico ? ¿Qué supondría no acabar? ¿Y después qué?
Sigo con fiebre y no acabo de ver claro. Quizás sea lo mejor, quizás una forma de mimetizar la realidad tan buena como otras, quizás la excusa que necesito para echar adelante ese deseo y volverlo (o intentar volverlo) realidad... Os lo cuento pronto !
5 comentarios:
Tómate una aspirinita y vuelve a intentarlo.
Explicate tronco!!!! No he pillado nada de nada.....
En el pueblo dicen ¿mandeeeee....?
Es algo
que me anda rondando por la cabeza (puente mediante)
reconduce tu cabeza, y haber si asi se te va esa fiebre-----:)
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