Contento

Barcelona. Ayer me recordaste lo que eres. Me mostraste la dureza de tu asfalto y las larguisímas calles del Eixample. Una Gran Vía sinfin, un paseo de Gracia que pica hacia arriba, una Meridiana de ida y vuelta que tortura sin piedad. Tuve la oportunidad de sufrir disfrutando de correr por tus zonas más hermosas sin coches: Sagrada Familia, Arco del Triunfo, la Rambla. Me trataste con cariño pero no me dejaste confiarme. Apretaste en algún momento y yo respondí, ¿verdad? Me volviste a recordar que se corre también con lo que llevo encima de los hombros. Que en lo que dura una maratón da tiempo para todo. Hablas, escuchas, ríes e incluso puedes llorar. Me enseñaste el mar cuando ya casi no veía más delante mio. Salado él. Pesado yo. Durante 42,195 kms aprendí un poco más de ti y mucho más de mi. Lo hice lo mejor que pude. Lo hice como lo tenía que hacer y por quien lo tenía hacer. No se que más decir...estoy contento.
.