miércoles, 30 de enero de 2008

Caprichos del mal dormir

No se a santo de qué. Anoche soñé con mi pasado. Con mis comienzos en el mundo laboral allá por la calle Calabria de la Ciudad Condal. Aunque nosotros entrabamos por la puerta de atrás, por Viladomat. Justo enfrente de la escuela de Ingenieros Industriales. La tarjeta de empleado con la cruz de Bayer serigrafiada junto a mi foto me daba acceso a un mundo nuevo. Oculto para todos los peatones, totalmente ajenos a lo que se cocía allí dentro. ¡¡ La fábrica de Aspirinas !! Cualquier estudiante de farmacia -sin Oficina de Farmacia que heredar, por supuesto- habría sucumbido al canto de sirena de este centenario medicamento. Y soñé con mi etapa de becario, compartiendo una nueva vida con mis compañeros catalanes. Y soñé con mi equipo de gente y el turno de tarde. Corrí por el pasillo que empezaba en las comprimidoras y acababa junto al montacargas que bajaba a los sótanos que servían de almacén. Volvió también a sonar la chicharra de la hora de la merienda y organizamos turnos para no parar el bombo de lacado. Nos reímos otra vez y nos volvimos a enfadar. Anoche, en sueños, traje a mucha gente a mi cabeza. Si pongo nombres me olvidaría a muchos. Sería imperdonable. De hecho a la mayoría de los que leéis esto ni os va ni os viene. A mi el sueño me ha removido y por eso quería escribirlo. No entiendo de sueños. De hecho no entiendo de casi nada, pero es bonito despertarse con un dulce sabor de boca a pesar de haber dormido mal. Pero eso es por otros motivos...

2 comentarios:

Macario dijo...

Yo, si como mucho queso en la cena, sueño que me llaman para hacer la mili otra vez :-(

Unknown dijo...

Jajaja..que bueno lo del queso y la mili..XD XD DX..!