A ponerse las pilas

El primer día de vuelta al trabajo siempre es duro de cojones. La sensación de haber estado de vacaciones desaparece a una velocidad increible (ojalá las agujetas de cualquier triatlón duraran lo mismo) y pronto todo pasa a formar parte del pasado. Avalancha de mails, mensajes en el buzón de voz, papeles amontonados y una invasión de pos-it por toda la mesa... joder macho, así se le quitan a uno las ganas de volver.

Dejando a parte toda esta situación meramente circunstancial ;-P y yendo a cosas más banales pero mucho más gratificantes: ha empezado la nueva temporada, el nuevo curso escolar donde habrá que apretarle las clavijas al cuerpo, exprimir los músculos y hacer latir fuerte al corazón, disfrutar a tope de cualquier cosa que caiga en mis redes y compartir todo esto con amigos.

Hay nuevos e interesantes retos que sobrepasan lo deportivo como es afrontar la nueva etapa de padre con niña que gatea-anda-tira todo lo que pilla-etc., también compartir alguna carrera con Anna -que anda con el gusanillo de probar una media maratón ¿Santa Pola quizás?- y envenenar con todo esto al que se deje de esa panda de amigos apalancados que tengo...

Y volviendo al pan con mantequilla del triatlón tengo intención de mejorar la natación BASTANTE, y si mantengo niveles de bici y carrera igual estaré contento. De aqui a final de año carreritas de montaña y quitarle el polvo a la BTT -si puede ser en el duatlón de Nuria- y definir el ironman del año que viene ( joder, como me tira LZ ).