domingo, 11 de septiembre de 2011

El placer de escribir

Una cerveza, un boli y una servilleta. Relax. Por fin se pone el sol. El placer de escribir...

[...la mente, debil ya por tanto esfuerzo, arrastraba montaña arriba un cuerpo maltrecho y dolorido. Cada vez le costaba más hacerse valer pero sabía que el corazón estaba de su parte y, mientras eso fuera así las piernas no plantarían cara a las ordenes enviadas. Una rodilla, la izquierda, emitía quejidos puntuales que eran bloqueados antes de llegar a destino. Un tropezón con una roca suelta y el cuerpo estirado en el camino. La orden de ponerse en pie y seguir salió disparada neurona abajo. Sin dejar lugar a la duda.
Al recuperar la verticalidad las piernas se quejaron con más fuerza que nunca. Desde los ojos llegó el mensaje de que la cumbre estaba cerca. Un "en marcha" recorrió como un escalofrío la columna vertebral y arrancó de nuevo la maquinaria. El corazón volvió a bombear con fuerza y desde arriba se pidió agua. Y así, poco a poco, paso a paso y con disciplina espartana la voluntad consiguió llevar las piernas donde la mente hacía ya mucho rato que estaba. Desde allí solo quedaba dejarse caer y bajar a meta...]
foto: Sentiero delle Grigne, 2008

1 comentario:

tonicendon dijo...

Muy Bueno.